Cómo escribir una serie. Lección 1/2: TRIPETIR

No puedes escribir una serie si piensas que quien la va a ver tiene el coeficiente intelectual ligeramente superior a un chimpancé con alzheimer. El público es imbécil. Por eso hay que decirle las cosas no una, ni dos, sino tres veces como mínimo.

Hay que TRIPETIR las cosas.

Esta regla se une a otra de la que hablaré más adelante, la de los “minutos en pantalla”.

Los directivos de la tele siempre me han argumentado esto con “lo tiene que entender hasta mi abuela”.

¡Pues cómprele usted un libro a su abuela, coño!

Pero no, en vez de eso, seguimos alimentando su inutilidad intelectual manifiesta tratando a nuestras abuelas como jarrones con dentadura postiza.

Por ejemplo, un personaje y otro son padre e hijo. El hijo siempre acabará todas las frases con la palabra “papá” y el padre con la palabra “hijo”. En un diálogo medio pueden decir estas palabras 30 veces.

¿Y si mi abuela aún no se ha enterado de que son padre e hijo? Pues hacemos que otro personaje pregunte ¿y ese quién era? “Mi padre”.

Aún así puede ser que el espectador medio no se enterase -¿los estudios de medios sólo hacen sus encuestas en centros de parálisis cerebral o qué?- así que haz venir a un cuarto personaje que pregunte al anterior “¿Quién ha dicho que era?”, “Su padre”.

¿Pero y si el espectador no se ha enterado aún?

¡Pues entonces es que es un vegetal comatoso y tampoco va a tener la capacidad motora suficiente para cambiar de canal así que deje de preocuparse, coño!

Por eso los capítulos empiezan con un “Anteriormente en...” (Previously on...).

Otro ejemplo por si aún no lo ha entendido mi abuela:

Un capítulo acaba con la escena X.

En el “Previously on...” metemos la escena X para recordársela al espectador.

Y el siguiente capítulo empezará con, ¿lo adivinas? ¡Sí, con la escena X! Y así además ganas “minutos en pantalla”.

¿Ves? Hemos tripetido la escena X.

¿Cuántas veces nos repitieron en “Prison Break” para qué servían los tatuajes en el cuerpo del protagonista?

Gracias a ello ahora todo el mundo sabe que sólo servían para que a partir de la segunda temporada el pobre chaval tuviera que vestir siempre chalecos de mangas largas y cuello vuelto en pleno verano para que el actor no tuviese que tatuarse inutilidades que dejaron de servirle al final de la primera temporada.

Así se escriben las series.

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