Cómo escribir una serie. Lección 1

Las series son esos rellenos que ponen las teles entre los anuncios. Bueno, y son también eso que te bajas de internet con subtítulos aunque luego seas totalmente incapaz de ver una película “leída”.

Una vez ubicados en qué son las series de televisión, me dispongo a ganarme unos puntos en el Juicio Final compartiendo totalmente gratis en este blog un curso sobre cómo se escriben.

Sí, porque las series se escriben. Aunque no te lo creas, lo que sale de las bocas de los personajes lo han escrito otros tipos antes en un papel.

Y todo los que les pasa no es fruto de una mala suerte que ni habiendo pasado por delante de una ejército de gatos negros y por debajo de doce mil escaleras de bomberos. Todo ha sido pensado por unos cabrones cuyo objetivo en la vida no es otro que putear a los personajes con las peores situaciones y los más horribles giros del destino que ni Satán puesto de crack podría concebir.

Sí, porque aquí viene la primera lección: si algo tiene que pasar, será malo para el personaje.

A nadie le interesa la vida de nadie si no vive una tragedia detrás de otra. Como mínimo.

Todavía no han hecho una serie sobre peritos notariales, pero si la hicieran el protagonista sería el perito con más mala suerte de toda la historia de los notarios. Su mujer se enganchará a las máquinas tragaperras, su hija de 14 años se quedará embarazada, su mejor amigo acabará en la cárcel, su madre de 76 años se enamorará de un joven de 22 que no la corresponderá y ella hará un amago de suicidio para captar la atención del joven, su padre se dará a la bebida, se desintoxicará y entonces recaerá pero esta vez en la heroína, su jefe gay le tirará los tejos y lo chantajeará para que le siga el juego si quiere conservar su puesto y le diagnosticarán el síndrome de tourettte del que sólo se podrá curar haciendo las paces con aquel chico del colegio con el que dejó de hablarse a los 11 años por una discusión sobre unos cromos de baseball.

¿En una temporada?

No, todo eso en una tarde.

Por eso las series suelen tratar de médicos, abogados, policías, asesinos en serie... vamos, gente que se enfrenta todos los días a cosas chungas. Sin cosas chungas no hay serie que valga.

A los personajes sólo les pasan cosas chungas o muy chungas.

Así se escriben las series.

Cómo escribir una serie. Lección 1/2: TRIPETIR

No puedes escribir una serie si piensas que quien la va a ver tiene el coeficiente intelectual ligeramente superior a un chimpancé con alzheimer. El público es imbécil. Por eso hay que decirle las cosas no una, ni dos, sino tres veces como mínimo.

Hay que TRIPETIR las cosas.

Esta regla se une a otra de la que hablaré más adelante, la de los “minutos en pantalla”.

Los directivos de la tele siempre me han argumentado esto con “lo tiene que entender hasta mi abuela”.

¡Pues cómprele usted un libro a su abuela, coño!

Pero no, en vez de eso, seguimos alimentando su inutilidad intelectual manifiesta tratando a nuestras abuelas como jarrones con dentadura postiza.

Por ejemplo, un personaje y otro son padre e hijo. El hijo siempre acabará todas las frases con la palabra “papá” y el padre con la palabra “hijo”. En un diálogo medio pueden decir estas palabras 30 veces.

¿Y si mi abuela aún no se ha enterado de que son padre e hijo? Pues hacemos que otro personaje pregunte ¿y ese quién era? “Mi padre”.

Aún así puede ser que el espectador medio no se enterase -¿los estudios de medios sólo hacen sus encuestas en centros de parálisis cerebral o qué?- así que haz venir a un cuarto personaje que pregunte al anterior “¿Quién ha dicho que era?”, “Su padre”.

¿Pero y si el espectador no se ha enterado aún?

¡Pues entonces es que es un vegetal comatoso y tampoco va a tener la capacidad motora suficiente para cambiar de canal así que deje de preocuparse, coño!

Por eso los capítulos empiezan con un “Anteriormente en...” (Previously on...).

Otro ejemplo por si aún no lo ha entendido mi abuela:

Un capítulo acaba con la escena X.

En el “Previously on...” metemos la escena X para recordársela al espectador.

Y el siguiente capítulo empezará con, ¿lo adivinas? ¡Sí, con la escena X! Y así además ganas “minutos en pantalla”.

¿Ves? Hemos tripetido la escena X.

¿Cuántas veces nos repitieron en “Prison Break” para qué servían los tatuajes en el cuerpo del protagonista?

Gracias a ello ahora todo el mundo sabe que sólo servían para que a partir de la segunda temporada el pobre chaval tuviera que vestir siempre chalecos de mangas largas y cuello vuelto en pleno verano para que el actor no tuviese que tatuarse inutilidades que dejaron de servirle al final de la primera temporada.

Así se escriben las series.

Cómo escribir una serie. Lección 0,0007: MINUTOS EN PANTALLA

La máxima de la televisión es gastar poco dinero y ocupar “muchos minutos en pantalla”. En España, por ejemplo, si una tele te compra una serie pretende que por el precio de un capítulo le rellenes unas seis horas de parrilla (que no es donde se hacen las chuletas los señores de la tele sino el nombre que le dan a la programación diaria).

De ahí que un capítulo de una serie como “La que se avecina” –por ejemplo- dure infinitamente. ¿Alguien ha visto alguna vez el final de algún capítulo? ¿Tienen final los capítulos?

Vale, pero es que han comprado una serie americana y cada capítulo sólo dura 1 hora.

¿Y qué? Emitimos los capítulos de dos en dos y... perdón, quiero decir de tres en tres... ¡mejor, ponemos dos y el tercero es uno repetido de la temporada anterior!

Hay que ocupar muchos “minutos en pantalla”, que emitir 24 horas todos los días es mucha tela y todo lo que nos quite de en medio unas cuantas horas será bienvenido que eso cuesta mucho dinero y el yate no se paga solo.

¿Alguien ha visto alguna vez que un capítulo de –Los Simpson, Futurama, Numbers, Bones...- acabe sin que inmediatamente empiece otro? ¿No se siente uno como en una cinta Moebius viendo una serie en la tele?

Así se escriben (y emiten) las series.

Cómo escribir una serie. Lección 1-2-345: EL GANCHO

Los capítulos de las series se dividen en actos. Un acto acaba cuando vienen los anuncios, que es realmente lo que los señores de la tele quieren que veas. Les importa una mierda si la serie te gusta o no siempre que veas los anuncios que meten entre medias.

Cuando se acaba la publi y retomamos la serie, empieza otro acto.

Ojo, antes de la publi tienes que hacer que el personaje diga algo que llamamos “gancho”. Tiene que ser algo tan gordo que haga que la gente no quiera cambiar de canal por el miedo indescriptible a perderse el regreso del capítulo con la solución a ese “gancho”. Algo del tipo “he encontrado a nuestro hijo muerto”.

Corte a publi.

Pero, a la vuelta de publi, ¡hostias, hemos matado al chaval! Da igual, sólo era un gancho. De todas formas, no lo resolvemos nada más llegar de publi. Dejamos al espectador con el culo pegado al asiento esperando ver el cadáver del chaval.

Y ahora, al regreso, volvemos a usar la regla de TRIPETIR las cosas. Recuperamos la escena pero un pelín antes del final, con eso ganamos otros minutillos en pantalla y cuando llegamos a la frase ““he encontrado a nuestro hijo muerto”, simplemente la acabamos: ““he encontrado a nuestro hijo muerto... de sueño”.

Ya está, solucionado. Esto no aporta absolutamente nada a la trama pero ha hecho que la gente no cambie de canal.

Ejemplo práctico: “Twin Peaks”.

“Queda usted arrestado por el asesinato de Laura Palmer”. Y nos vamos a publi.

A la vuelta, ni es el asesino de Laura Palmer ni nada, pero el público que ya está desesperado por saber quién la mató te lo compra igual.

Y al final del último capítulo de la primera temporada el protagonista abre la puerta y BUM, BUM, BUM, tres tiros en el pecho y cae al suelo. ¡Toma gancho!

A la vuelta, ¿qué pasa? Nada, llevaba un chaleco antibalas. Seguimos como si nada hubiera pasado.

Esto... ¿y quién le disparó? ¿El asesino de Laura Palmer?

En realidad fue una china por otra cosa que no tenía nada que ver y que no aporta nada a la trama pero, ¡coño, deja de dar la vara! ¿Ha sido emocionante o no? ¡Pues ya está!

Así se escriben las series.

Cómo escribir una serie. Lección 3,1416: EL NO-ENDING

En las series nada acaba nunca. NADA.

Nunca se sabe si vas a tener la suerte de que la cadena de televisión quiera renovarte por otra temporada. Así que nunca jamás acabes nada. Todo debe seguir eternamente.

Por ejemplo, no entiendo que Jack Bauer siga contratado y no lo hayan despedido hace tiempo, es el caso más claro de incompetencia laboral que he visto en una pantalla. ¿Has visto el último capítulo de cualquier temporada? El tío se ha cargado medio Los Ángeles pero el malo malísimo más villano de todos sigue por ahí. Es más, dentro de dos temporadas fijo que vuelve a aparecer y encima resentido y con más mala leche porque Bauer le mató a su cuñado. No porque le desbaratara los planes porque los malos siempre consiguen hacer explotar sus bombas atómicas y estrellan los aviones que quieren.

Pero en dos temporadas este súper villano ya no será el malo maloso que era, sino que rendirá cuentas ante otro malo más malo todavía. Así que Bauer ya se lo podrá cargar porque ahora tendrá que ir a por otro que estará por encima y que, por supuesto, derribará los aviones tan ricamente porque hasta dentro de dos o tres temporadas en que rinda cuentas ante otro malo más malo Bauer no lo pillará. Aparte, vaya ojo tiene el tío para las amistades, que todas le salen rana.

Pero dejemos ya de hacer leña del Jack Bauer caído...

¿Y “Bola de Dragón”? ¿Recuerdas cuando en la primera temporada los malos eran tan tremendos que eran capaces de romper rocas con el poder de la mente? Pues una mierda comparado con los malos de la quinta temporada que estornudan y el universo entero se va al carajo. ¿Dónde estaban estos en la primera temporada?

Claro, porque Goku se carga a unos tipos muy malos pero la cosa NO PUEDE TERMINAR AHÍ. Hay que seguir. Así que tras los malos que rompen rocas con el poder de la mente llegan los que rompen montañas. Goku se los carga. Pero la cosa no puede acabar ahí. Así que ahora vienen los que destruyen ciudades enteras, seguidos de los que se cargan continentes y así hasta el infinito...

Las cosas siguen y siguen, nunca terminan. El que te venden en las promos como el “capítulo final” nunca jamás acaba, es más, lo mismo termina en mitad de una frase. Y tan ricamente. ¿De verdad te habías tragado lo de “capítulo final”? Ay, alma de cántaro, qué ingenuo eres para la cantidad de capítulos atrasados de “Fringe” que tienes en la lista de descargas de tu emule.

Así se escriben las series.

Cómo escribir una serie. Lección ¿?: EL PROTAGONISTA

Las series, igual que las películas, suelen tener protagonistas. El protagonista es ese personaje que está más tiempo en pantalla. Como una serie tiene que llegar al máximo de público posible en las series suelen haber varios protagonistas para que entre todos comprendan todo el espectro social: un protagonista masculino, otro femenino, un niño, un viejo, un perro, un pez que habla...

Vale, pues de todos estos, de todas formas, suele haber uno que sale más que los demás. En “Twin Peaks” era el agente Cooper, en “24” es Jack Bauer”, en “Los Soprano” es Tony Soprano, en “Heroes” es... ¿mmmm?

Vale, ¿y cómo tiene que ser ese personaje protagonista?

Escoria.

Infame, rastrero, despreciable, sabandija, vil, ruin, insigne (no sé, es que esta palabra también viene en mi diccionario de sinónimos junto a las otras).

Hubo un tiempo en que el protagonista era un dechado de bondad, un ejemplo para la humanidad, el paradigma de buena persona.

Ay, qué tiempos aquellos del agente Cooper, ¿lo recuerdas? ¿Qué defecto tenía ese hombre aparte de no haber descubierto aún su homosexualidad latente?

Ahora no. Ahora un protagonista tiene que ser lo peor de lo peor. Tony Soprano (mafioso, asesino, usurero...), Dexter (asesino en serie, psicópata...), Weeds (traficante, mala madre...), Los Tudor (déspota, violento, ególatra...), Breaking Bad (cabrón, narcotraficante...), House M.D. (cínico, machista, egocéntrico...), Roma (todo lo anterior junto).

Así se escriben las series.

Cómo escribir una serie. Lección 87+876/985-976: EL PRODUCT PLACEMENT

¿Por qué coño en Nueva Jersey no venden Pepsi Cola? Allí solo venden Coca Cola y Dunkin Donuts.

¿Es que ese distrito le ha hecho una OPA hostil a las demás compañías de refrescos y dulces?

Sí, sí, que yo lo sé porque yo veo los Soprano que se ambienta en Nueva Jersey y allí no hay ni una puñetera lata de Pepsi ni tirada en el suelo. Todo Coca Cola. Oye, que estamos hablando de mafiosos millonarios con posibles y se les ve cenando con una lata de Coca Cola y tan ricamente, eh, que ni se la echan en el vaso para que quede constancia de que lo que beben no es Pepsi. Coño, y como un representante de Pepsi o de La Casera se atreva a poner los pies en Jersey la Familia entera le da matarile y lo tiran a un descampado. ¡Que Jersey será un nido de mafiosos, pero fieles a sus anunciantes, oye!

Eso es Product Placement.

Las series se financian con lo que los anunciantes pagan por que sus productos se asocien a ellas. Así que si a los de Micrsoft les mola “Roma” tú, como guionista, ya estás buscando la manera de que Tito Pullo use sólo Windows Vista y en sus ratos libres juegue a la Xbox (que la Playstation es cosa de germanos bárbaros) o ya te veo buscando otro trabajo.

Así se escriben las series.

Cómo escribir una serie. Lección #~€¬@#€·"/%$: HBO

Las series, en general, son buenas si son de HBO.

Y punto.

Ejemplo práctico:

- Oye, ayer vi una puta mierda de serie que era un coñazo eterno que no arrancaba ni marcha atrás, con personajes que no paraban de hablar como si fuesen Séneca, que no hay quien los aguante, y es que en todo el capítulo NO PASABA UNA PUTA MIERDA.

- Pero tío, esa serie es de HBO.

- ¡GENIAL, MARAVILLOSA, OBRA MAESTRA!

Así que, si quieres que tu serie sea buena porque sí, sin tener que atenerte a nada más, hazla de la HBO.

Si no, te jodes y sigue el resto de reglas de este manual.

Así se escriben las series.